Opinión

10 Diciembre, 2015

A vueltas con el fondeo, a vueltas con la posidonia

Gabriel Morell, presidente de la Asociación de Navegantes Mediterraneo (ADN), muestra su preocupación en este artículo de opinión ante las alarmantes noticias relacionadas con la preparación de un decreto regulador de los fondeos y lamenta que la presidenta del Govern balear, Francina Armengol, no haya atendido sus solicitudes de entrevista.
La posidonia no sufrió ninguna regresión en el fondeadero de Illetes entre 1963 y 2010.

GABRIEL MORELL*

Los aficionados a la navegación vivimos momentos de incertidumbre y preocupación ante las alarmantes noticias que día a día nos van llegando relacionadas con la preparación de un decreto regulador de la posidonia, o regulador de los propios fondeos, que parece ser está redactando la Conselleria de Medio Ambient del Govern Balear, o en los distintos Consells, en especial el de Formentera.

De ser ciertas las informaciones que se manejan, ello supondría un auténtico torpedo en la línea de flotación de nuestra afición y podría terminar con la navegación de recreo tal y como la hemos venido disfrutando desde hace muchos años. En Formentera se habla incluso de regular o limitar los fondeos sobre arena y hacer pagar por ello.

Al objeto de averiguar el alcance de estas informaciones la Asociación de Navegantes Mediterraneo, que me honro en presidir, a final de verano, solicitó una entrevista con el conseller de Medi Ambient del Govern Balear, quien delegó en su directora general y en el gerente del Ibanat y nos confirmaron que efectivamente se estaba preparando un decreto regulador de la posidonia, pero no quisieron informarnos ni de su contenido, ni del alcance que dicha norma podría tener sobre las embarcaciones de recreo y su fondeo.

Como consecuencia de esta falta de información, de este ocultismo que nada bueno presagia, se unió y organizó todo el sector náutico. Se reunieron nuestra Asociación de Navegantes Mediterráneo, la de los Clubs Náuticos, la de Instalaciones Náuticas, la Patronal de Puertos deportivos, la Comisión de Charter Náutico, la de Empresas de actividades Marítimas, la Federación de Asociaciones de Usuarios de Instalaciones Portuarias, la Asociación de Empresas Náuticas y la Asociacion Mallorquina de Pesca Recreativa.

En definitiva los representantes de prácticamente todo el sector y de más 25.000 navegantes o titulares de amarres en las islas, y se decidió, por elevación, solicitar una entrevista con la presidenta del Govern balear, la señora Armengol. Petición que se formuló el pasado día 2 de octubre, fue reiterada el día 16 del mismo mes y que, pese al tiempo transcurrido, a día de hoy todavía no ha sido atendida, lo que significa o que no se nos quiere oír y quieren sorprendernos con un “decretazo”, quieren enredarnos hasta después de las elecciones.

O lo que es peor: que pasan de nosotros olímpicamente.
Como último recurso todas las asociaciones referidas solicitamos audiencia a los distintos grupos parlamentarios. Estos si nos han recibido y lo han hecho con prontitud y amabilidad, y se les ha transmitido en las distintas reuniones mantenidas nuestra preocupación, al tiempo que se les ha solicitado información sobre el decreto que se está preparando, y sorprendentemente ni uno solo de estos grupos parlamentarios, según nos han manifestado, incluso los que dan soporte al actual Govern, tienen información sobre el referido decreto y lo que en el se pretende regular, por lo que a día de hoy no tenemos ni idea de lo que se está preparando.

Lo único que pretendemos los titulares de embarcaciones de recreo que navegamos por las islas es que nos dejen navegar tranquilos como hemos hecho desde siempre, desde hace cientos de años, y sin limitaciones o con las restricciones lógicas y necesarias.

Que no se nos diga que son muchas las embarcaciones que navegan por nuestro litoral y que hay que evitar la masificación, cuando estas se cuentan en el mejor de los casos durante dos meses en verano por miles, mientras nuestras playas y todas las islas se encuentran invadidas todo el año por cientos de miles o millones de personas que campan a sus anchas, por playas, senderos y montañas, sin control alguno y con todo tipo de vehículos que acceden, por supuesto sin pagar, hasta los más recónditos lugares de nuestro archipiélago.

Que no se diga que las embarcaciones con sus fondeos son los responsables del deterioro de la posidonia, cuando basta asomarse a cualquier cala de la bahía de Palma y ver que los lugares en donde han fondeado toda la vida las embarcaciones (y en donde no vierten sus aguas ni emisarios ni desaladoras, ni torrentes) hay ahora las mismas praderas de posidonia que hace décadas.

Si las anclas supusieran una amenaza para la posidonia en la bahía de Palma no quedaría ni una sola planta.
La posidonia es efectivamente una especie protegida, como otras miles, por el decreto 23 de febrero de 2.011, pero ni se encuentra amenazada ni en peligro de extinción según se refiere en el mismo decreto y los primeros interesados en su conservación somos los que navegamos, que por cierto evitamos fondear sobre ella, por ser un fondeo muy poco fiable. Los enemigos de la posidonia, hemos dicho por activa y por pasiva, son de sobra conocidos por quienes demonizan el fondeo.

Vertidos de aguas de depuradoras o procedentes de acuíferos cargados de nutrientes (abonos), escorrentías o emisarios (este verano han petado entre otros los de Talamanca, Can Pere Antoni, Peguera, Playa de Palma provocando insulso cierre de playas), construcciones en la costa, regeneración de playas, vertidos de materiales, pesca de arrastre ilegal, desaladoras, instalaciones de acuicultura, especies invasoras, cada día más y en mayor numero (algas y peces ver últimos informes del IMEDEA), calentamiento del agua y cambio climático. Al tener ello una mas difícil solución, o no querer complicarse la vida, los responsables del asunto no afrontan estos problemas con la seriedad con que deberían hacerlo y dirigen el objetivo hacia el mas débil, el navegante de recreo.

En Gaceta Náutica del pasado mes de octubre el periodista Pepe Quiroga dudaba de que consiguiéramos algo con nuestro «buenismo», es decir, dialogando y reuniéndonos con políticos, y apuntaba que si queríamos conseguir nuestros objetivos y que se nos escuchara solo nos quedaba la protesta. Es muy triste, pero tal vez tenga razón, tal vez sea la única forma de hacer oír nuestra voz.

* Presidente de la Asociación de Navegantes Mediterráneo

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