Náutica

31 Agosto, 2018

Zoe Mai, un clásico contemporáneo en la Copa del Rey Repsol

El armador alemán Jan van de Horst invirtió ocho años en cumplir un sueño: construir su propio barco de madera a la manera tradicional. El método y los materiales utilizados le permiten hoy competir en la categoría de Clásicos a pesar de que la botadura se realizó en 2003.
El Zoe Mai, con Jan van de Horst a la caña, en la jornada inaugural de la Copa del Rey Repsol. / Foto: Nico Martínez.

Es la primera vez que el Zoe Mai (2003) compite en la Copa del Rey Vela Clásica Menorca y su armador y patrón, el alemán Jan van der Horst, confía en “hacerlo bien”. La historia de este barco ‘vikingo’ -su diseño y su línea fueron sacados de un libro del Museo de Oslo- merece atención por haber sido construido por una sola persona -el propio armador- y por su inclusión especial en el apartado de Clásicos, donde con carácter general sólo compiten barcos botados entre 1950 y 1975.

En el aspecto personal, Jan van der Horst (Kiel, 06-09-1965) cuenta que es “un eslabón más” de una familia alemana marinera con ascendencia noruega.

“Todo empezó cuando era muy joven”, dice. “Allá, en Kiel, empecé a aprender el oficio de carpintero de ribera y adquirí experiencia rápidamente al trabajar durante tres años y medio en unos astilleros de barcos de madera, barcos de pesca y yates de recreo”, explica el teutón.

“En Laboe, un pueblecito cercano a Kiel, empecé a forjar mi sueño. ‘Un día quiero construirme un barco’, pero quiero hacerlo yo solo, sin prisas, y  a mi gusto, me dije. Y, mira, cumplí el objetivo”, cuenta, orgulloso, el patrón del Zoe Mai.

Van der Horst dejó Kiel y en 1991 se fue a Noruega. Allí se enamoró del prototipo Double Ender, “el diseño vikingo por antonomasia”. “El afamado diseñador noruego Sigurd Herbern dio nombre a este tipo de barco”, puntualiza Van der Horst. Y “con todo claro” el patrón regresó a Alemania.

La construcción del Zoe Mai se prolongó desde 1995 hasta 2003. Se hizo en Alemania, “con maderas locales”, especifica van der Horst. “No quería madera tropical”, aclara. “Ya sabes, manías de alemanes…”

Van der Horst calcula que el valor actual de su barco es de “unos 400.000 euros, aunque sentimentalmente no tiene precio”. La tripulación está formada por un australiano, un mallorquín, un alemán y una catalana, Eva, que, según Van der Horst, es “la verdadera comandante, aunque ejerce de trimmer, tanto en proa como en popa”. (Risas).

El navegante alemán, que desde hace cuatro años mantiene abierto en Palma el taller de mestre d’aixa denominado ‘Manos del mar’, explica que el año pasado decidió llevar el Zoe Mai a Mallorca.

“Lo tuvimos un tiempo en Puerto de Andratx pero actualmente estamos buscando una ubicación que pueda ser ya definitiva”, señala. “Lo que es seguro, es que mi familia y yo nos quedamos en Baleares, y el ‘Zoe Mai’, con nosotros. A partir de ahora vamos a participar en más regatas. Mallorca y Menorca son los lugares más bonitos del mundo”.

Al no estar adscrito a ningún Club Náutico, el Zoe Mai compite, por primera vez en Mahón, en la categoría Clásicos, con la bandera alemana como distintivo.  

La inclusión del Zoe Mai en esta clase se debe, según el presidente de la  Asociación Española de Barcos de Época y Clásicos (AEBEC), Leonardo García de Vincentiis, a que “aunque no fue construido entre 1950 y 1973 como marca el reglamento de Clásicos, está hecho exactamente como el resto de barcos de dicha clase, es un calco, una réplica pura, tanto en diseño como en materiales”.

García de Vincentiis, que se declara un “romántico de los barcos”, afirma alguien del Zoe Mai le contó un día que, quizás, la madera de este barco fue cortada según marca la tradición, "es decir, en noches de luna llena del mes de abril, cuando la linfa del vegetal del norte de Europa es más densa, más sana, más robusta…” Hasta tal punto llegó el empeño de Van der Horst por respetar el espíritu de la vela clásica.

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